Una adolescencia made in Netflix
Aunque suene a porno, el título de la serie del momento debería haber sido Adolescencia perversa en vez de Adolescencia a secas. Porque hay algo de perverso en este producto de Netflix que acumula cien millones de visualizaciones: vender la idea de que la masculinidad tradicional es peligrosa para los chicos y advertir a los padres de que hay una manosfera que contamina a sus hijos bombardeándoles con contenido online