Censura cinematográfica

Nunca habrá otra mujer como Gilda

Gilda llegó a España en las heladas navidades de 1947 y se encontró con un país que intentaba superar la posguerra bajo el férreo control del nacionalcatolicismo franquista. Con su melena salvaje y sus vestidos ceñidos resultó más revolucionaria que el más ardiente discurso de La Pasionaria. Entre otros motivos, porque Rita Hayworth estaba mucho más buena. Imagínense una película protagonizada por una actriz explosiva, un personaje provocador y rebelde

Gobierno y fake-news

Censurando en nombre de las fake news

En una de las ruedas de prensa del estado de alarma, el ministro de Justicia anunció que se revisarían los instrumentos legales “para impedir que no se vayan de rositas aquellos que contaminan la opinión pública”. Hablaba de las fake news que han crecido como setas en la crisis del coronavirus. Revoloteando de fondo, eso que se llama libertad de expresión y un detalle de nada: ¿Qué pasa si las