El dudoso ejemplo de Simone Biles
En Los Ángeles 1984, el mundo aplaudió la hazaña de una atleta suiza llamada Gabriela Andersen que acabó la maratón a punto de desmoronarse tras un esfuerzo sobrehumano, negándose a ser atendida hasta cruzar la línea de meta. En los Juegos de Tokio, 37 años después, el mundo aplaude a Simone Biles, una gimnasta que se bloquea en plena competición y abandona. Lamentarlo, claro. Consolarla, animarla… de acuerdo. Pero ¿aplaudirla?