Jenni Hermoso mentirosa

El esperpento en cuestión (por si no está al tanto, tiene en esta entrada los principales detalles y en esta otra nuevos y surrealistas capítulos) llega al final de 2023 alcanzando nuevas cotas de disparate entre los aplausos de una opinión publicada que hace todo lo posible para que la opinión pública no vea que el emperador, en este caso la emperatriz, va en pelota picada.

Jenni of the Bells

La jugadora, como buena carabanchelera, se descojonó del pico de Luis Rubiales y no le dio mayor importancia hasta que algunas de sus compañeras, el sindicato FutPro y vaya a saber quiénes más la convencieron de que esta era la oportunidad de oro para vengarse y cargarse al presidente de la RFEF y su equipo, vender la moto feminista y hacer limpia en el opresor y patriarcal fútbol español, aprovechando que el feminismo está de moda y que el gobierno socialista, que ha convertido el fútbol femenino en una cuestión política más de su agenda, haría lo posible por contentarlas. Era ahora o nunca. Y ella, Jenni de Arco, la víctima intocable, era La elegida para llevar a cabo esta sagrada misión.

Y La elegida tiene a su disposición el apoyo del establishment a su relato, en un país que no se atreve a ponerle un pero a nada con el apellido feminista porque el disidente sabe lo que se le viene encima: la etiqueta de cavernícola machista y la cancelación. Que es lo que le ha pasado a Rubiales, durante años blindado por el PSOE y distinguido miembro de la mafia deportiva y ahora caído en desgracia, abandonado por todos empezando por los que más le debían y más le aplaudían. Hasta Julio César en los idus de marzo tuvo que sentirse mejor que él.

Todo lo que quiero para Navidad es hundir a Rubiales

La tontería del beso ha mutado hasta convertirse en una querella de la Fiscalía —el gobierno, vamos— previa denuncia de la jugadora, por «agresión sexual y coacciones», que investiga la Audiencia Nacional y que podría suponerle al ex presidente de la RFEF una condena de uno a cuatro años de cárcel. Además, la FIFA ha confirmado su suspensión durante tres años y la federación inglesa, esa que hacía arrodillarse a sus jugadores contra el racismo, le acusa ahora de «agarrar la cara» a una de sus jugadoras y de «besar con fuerza en su cara» a otra tras la final del mundial. Solo falta que la RAE incluya «Rubiales» entre las acepciones de «depredador sexual», que Netflix haga una serie basada en él llamada El violador calvo y que se pronuncie indignada la mismísima ONU. Esto último, por cierto, sí ha pasado.

Jenni Hermoso, por su parte, vive las mieles del éxito aunque haya audios y vídeos que inviten, por decirlo finamente, a segundas interpretaciones. Esas segundas interpretaciones nunca salen en los medios oficiales a menos que sea para desmentirlas hablando de oportunos estados de shock. Solo el medio mundo que aplaude a Jenni tiene cabida en el relato informativo; el otro medio que la considera una mentirosa con un rostro de cemento armado no tiene cabida en ese relato. Y no piense que estamos insinuando que el periodismo actual no vela por el equilibrio informativo a la hora de facilitar diferentes versiones de unos hechos noticiables. Lo hace. Siempre y cuando esas versiones no vayan en contra de la verdad feminista, claro.

Fum, fum, fum

Y así hemos llegado a estas entrañables fiestas navideñas, entre turrones, villancicos y opresiones patriarcales con una Jenni Hermoso empoderada convertida en el referente del momento. La Sociedad Española de Inmunología le ha dado un premio porque el deporte es su «mejor defensa», la revista GQ la ha convertido en su portada de diciembre dedicada a los Men of the Year, la televisión pública española nos la pondrá en las uvas de la Nochevieja y el Financial Times la ha proclamado una de las mujeres más influyentes del año. Y lo que queda.

Lo de las uvas, sin duda, se las trae y es un paso más de RTVE —aquella que protestaba cada viernes vestida de negro por la politización del PP— en meternos el mensaje gubernamental como sea. ¿Puede haber mayor gozo que empezar el año con Jenni Hermoso y lo que representa? Para el gobierno no, desde luego. Soñar es gratis pero pagaríamos porque alguna cadena contraprogramara con Rubiales dando las campanadas junto a Anne Igartiburu y que luego ella le plantara un pico para celebrar la llegada del 2024. Solo por ver las redes saltar por los aires merecería la pena. Ni el Cachitos más chachiprogre superaría eso.

Pero mira como beben los medios en el río

Y cuando nada parecía superar la mala uva de RTVE llegó la lista del Financial Times de la que la prensa se hizo eco enseguida: «Jenni Hermoso: la segunda mujer más influyente del mundo de 2023». Y cuando decimos la prensa decimos un montón de ella: El País, la Cadena SER, La Vanguardia, El Español, Telemadrid, La Razón, Telecinco, El Mundo, OK Diario, Marca… La futbolista madrileña era la segunda mujer más importante del año para una importante publicación extranjera. El mundo se rendía ante Jennifer Hermoso y eso había que comunicarlo.

Había un problemilla: que no era verdad. Llevados por el entusiasmo, ningún medio se había detenido a mirar la información difundida a la velocidad del relámpago feminista. Efectivamente, el Financial Times publicó una lista llena del poder femenino, postureo y oportunismo habitual de este tipo de clasificaciones, con un batiburrillo de veinticinco mujeres a las que consideraba las más influyentes del año y entre las que es cierto que estaba la jugadora —«por su búsqueda de la justicia», toma ya—, pero la lista no iba por orden y el hecho de que su nombre estuviera en segundo lugar no significaba nada en especial. Muchos medios rectificaron, otros no. Total, para qué.

Arre, borriquito, arre, Francos, arre

El affaire Jenni Hermoso le ha traído un inesperado regalo de Navidad en forma de daño colateral a Víctor Francos, presidente del Consejo Superior de Deportes durante la tormenta que rodeó a la selección femenina de fútbol. El hombre que primero le quitó importancia al beso —como el 90% de la humanidad—, amenazó a Rubiales con una actuación del CSD si no dimitía, hizo lo propio con las jugadoras que se negaran a ir a la convocatoria de la selección, rectificó, medió con ellas para desempantanar la situación y presumió de un CSD feminista. Todo antes de dimitir por sorpresa solo dos semanas después de ser ratificado en su puesto por la nueva ministra de Deportes.

Si hace caso a los medios oficiales —y ya sabe que en este blog nunca se lo aconsejamos— fue debido a «motivos profesionales». En una entrevista con Alvise, otro grinch repudiado como él, Luis Rubiales defendió su versión y dio a entender que existían unos audios de una reunión en los que Francos llamaba «hija de puta» a la reina Letizia. Al día siguiente de la entrevista dimitió. Se entiende, queda raro tener un CSD feminista cuyo presidente llama «hija de puta» a la reina de España. No puede haber motivos más profesionales que ese para dimitir.

Oh, blanca Navidad

Con los medios construyendo el relato de amor incondicional que parece sentir todo el país por Jenni Hermoso, esta estaba dispuesta a dar la campanada pero de verdad, no las de las uvas. Acaba contrato con el Pachuca mexicano y, según parece, su agente se la había ofrecido al Real Madrid para volver a España. Pero ni aún en estas fechas tan señaladas el Scrooge de Florentino Pérez ha dado su brazo a torcer. También tiene su lógica: si no quiso a Cristiano con 33 años, no le va a decir a Hermoso que sí con la misma edad. Además, para circo ya tiene al que rodea a Vinicius y el racismo. Solo le faltaba el de Jenni Hermoso y Rubiales quien, a la desesperada, está relacionando su caso con una cortina de humo gubernamental para tapar la amnistía de Pedro Sánchez.

Puede que el hombre se haya pasado tres pueblos (o no) pero le entendemos. Si se ha pasado la Fiscalía denunciándole por agresión sexual, la propia Jenni diciendo que por culpa de este trauma necesita apoyo psicológico —será para olvidar las risas que se echaba al principio con el tema—- y los medios que no paran de encumbrar a la jugadora a los altares del empoderamiento, ¿por qué no puede exagerar también Rubiales, que es el que más se juega ahora mismo? Que nunca un beso le salió a nadie tan caro como a él ni le vino tan bien a nadie como a Jennifer Hermoso.

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8 comentarios

  1. Ya te digo yo que un día abro el cajón de los calcetines y me encuentro a la Hermoso aprovechando su fama. Quién nos iba a decir allá por el verano que este tema seguiría coleando y hasta daría para trilogía.

    1. ¿Trilogía? Esto va camino de tetralogía como El anillo del nibelungo. Nos quedan aún grandes momentos por delante, entre ellos la sentencia de Rubiales que ya está escrita. A ver quién es el juez que se atreve a llevarle la contraria a la “víctima” Jenni Hermoso.

  2. Qué peñazos con el beso…eso no es agresión sexual pura y dura; lo de La Manada sí que fue agresión sexual, aunque hay culpables a los que no se puede encarcelar porque son intocables (tienen familia y contactos como la mafia)

  3. Pues parece que The Guardián ha concedido a Jenni el premio Futbolista del año. Aparte de por sus méritos futbolistcos,” por haberse convertido en un símbolo de la lucha por la justicia, la igualdad, la equidad…”, además de haberse convertido también ” en un faro para las mujeres en España que luchan contra una cultura machista que penetra en la sociedad y de la que el futbol es solo un microcosmos”.
    ¡Chúpate esa!

    1. El esperpento no tiene fin. Y porque el artículo lleva días escrito, que si no tenga por seguro que incluiría esto de The Guardian, que si lo llegan a publicar ayer podría haber pasado por una inocentada.

  4. Que pinta esta mujer en las campanadas?. Su mérito es dejarse besar para luego decir que si que no que yo que se? Es alucinante. Tenía una cara de disgusto depués de que el machirulo la besara que aún estoy llorando. Vaya caradura…

    1. Pura propaganda feminista que le viene muy bien al gobierno del PSOE. En mi caso han conseguido que huyera de RTVE esta Nochevieja.

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