Djokovic vacuna

Djokovic: el negacionista que amenaza al mundo

Si hace diez años alguien me hubiera dicho que el bueno de Kaplan abandonaría el recto camino de la izquierda habría estallado en una carcajada. Y si alguien me hubiera dicho que libraría la batalla cultural desde un blog en mitad de una pandemia mundial me lo habría creído aún menos. Pero lo que jamás se me habría pasado por la cabeza es que iba a dedicar dos artículos para

Virus chino

Las tribulaciones de un virus chino en China

Le llamaron conspiranoico. Sí, a usted. Por no creer que la pandemia se inició cuando alguien se comió un murciélago o un pangolín y por mirar con suspicacia el instituto de virología y no el mercado de animales de al lado. ¿Se acuerda? Si hasta decir «virus chino» era de mala persona. Pues está de enhorabuena: crecen las sospechas de que el Covid-19 salió de un laboratorio. Si se confirmara,

Salvar al 8M

Misión salvar el 8M y destruir el informe Cobos

La madre de todas las batallas por el relato podría estar a punto de comenzar en un juzgado de Madrid. En un lado, los que entienden que la gestión del gobierno ante el COVID-19 fue nefasta debido a que la celebración del 8M retrasó las medidas preventivas. En el otro lado, quienes no suspendieron el 8M, según ellos, porque hasta ese mismo día por la noche la situación no era

Feminazi coronavirus

El coronavirus de género

Si usted, paciente lector, pone hoy en Google ‘coronavirus y hombres’, el buscador le devolverá 186.000.000 de resultados. En ellos podrá informarse de que, efectivamente, la población masculina representa un número mayor de personas infectadas. Pero si usted realiza la búsqueda de ‘coronavirus y género’, Google le dará 226.000.000 de resultados que le dirán que las auténticas víctimas son las mujeres y que el coronavirus es un problema de género.

Feminismo COVID-19

Objetivo desvincular el 8M del coronavirus

Que el Gobierno antepuso el 8M a la protección de sus ciudadanos ante la pandemia del coronavirus es un discurso que toma fuerza en la opinión pública. De ahí que la izquierda haya iniciado una ofensiva para cambiar una narrativa que incluso puede calar entre sus propias filas. Después de que el Gobierno llamara alarmistas a los que se preocupaban y animara a la participación masiva en las manifestaciones del