Una infiltrada en los Goya
La 39 ceremonia de los Goya transcurría en su apasionante línea habitual: lenta, espesa, sin ritmo, a ratos soporífera y llena de soflamas izquierdistas: Palestina, el cambio climático, la inmigración, la memoria histórica y la ultraderecha, mucha ultraderecha. Y por supuesto la eterna cantinela de dadnos subvenciones porque lo valemos. Poca cosa nueva salvo la incómoda sombra de la vetada Karla Sofía Gascón revoloteando por el auditorio. Pero nada que