Vaya por delante que no nos creemos las encuestas de Tezanos, que están más cocinadas que unas patatas a la riojana. Y si la primera que hace el CIS sobre Percepciones sobre la igualdad entre hombres y mujeres y estereotipos de género dice que el 44% de los hombres está de acuerdo con la frase «se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se está discriminando a los hombres» seguro que realmente lo piensan por lo menos el 65%. Pero vamos a dar por bueno el porcentaje por simplificar el asunto. Y nos llama mucho la atención. No ese 44% de malos aliados sino la reacción en tromba del feminismo a ese dato demostrándonos, one more time, que esta gente son un rodillo ideológico que no admite crítica ni matiz a su discurso.
Porque no ha habido una sola voz entre las feministas que crea que, a la luz de ese resultado, quizá y solo quizá se han pasado un poco y que tal vez habría que hacer algo de autocrítica, ya que casi la mitad de los hombres (y ojo, el 32,5% de las mujeres) ve esas políticas demasiado poco igualitarias. Todo lo contrario: el ataque a ese 44% díscolo ha sido unánime y cargado de soberbia moral. El feminismo nunca es un problema, siempre es la solución. Y tiene suerte que ese 44% no está identificado con nombres y apellidos, que si no se iban a enterar de lo que es una buena cancelación.
El 44% de los hombres son idiotas
Feministas habituales de los medios como Anais Bernal Triviño, Isabel Serrano o Lorena G. Maldonado (muy sutil el título de su columna: «El 44% de los hombres son idiotas») se han lanzado con el mismo argumento: los hombres que se consideran agraviados no son más que unos machistas que no quieren renunciar a sus privilegios patriarcales. Bernal Triviño sentencia: «No vamos a comprar vuestro victimismo. Id a terapia y a casa a llorar». Toda la razón, Anais, que para victimismos y lloros ya están los de las feministas, que seguramente hasta tendrán los derechos de autor.
Para justificar que no se ha ido demasiado lejos en igualdad, las feministas tiran de la habitual artillería de género. O sea, de las estadísticas que destacan problemáticas que sufren más las mujeres —asesinatos a cargo de parejas y ex parejas (86%) o delitos sexuales (90%)— al tiempo que ignoran todas las problemáticas masculinas —muertes laborales (94%), suicidios (74%), homicidios (70%), personas que viven en la calle (80%)–, menudencias al lado del drama estructural de las mujeres, o tiran de falsos consensos sobre conceptos y leyes que casi ningún medio de comunicación se atreve a cuestionar, como los dogmas de fe de la brecha de género o la LIVG, que hemos tardado 20 años en saber que el Tribunal Constitucional aprobó tras fuertes presiones.
Sandra Sabatés y la pensión completa
El ataque a ese 44% de hombres que creen que el feminismo se ha pasado de frenada no ha tenido piedad, oscilando entre la burla inmisericorde y el aversiosenteraisdeunaputavez. En La Sexta, Sandra Sabatés recordó que «el feminismo solo busca la igualdad», y que los que «se sienten amenazados o bien no entienden esto tan sencillo o bien confunden los derechos con los privilegios de los que históricamente han disfrutado por el simple hecho de ser hombre, porque tener la comida preparada, que te hagan la cama y que te limpien la casa a diario no se llama derecho, se llama pensión completa».
Aparte de la estupidez de reducir las quejas al feminismo en que le hagan la cama a los hombres —en este blog hay 500 medidas igualitarias que discriminan a la población masculina— , Sabatés, o los guionistas de El Intermedio que le escriben los textos, no se han debido de leer la encuesta porque, encima, una de las preguntas hacía referencia a las tareas del hogar. En concreto, el 88% de los hombres piensa que corresponde a los dos sexos, así como hacer la comida (85%) y la compra (92%). Poca pensión completa parece.
Cuñados, machirulos e incels frente a los «convencidos»
La encuesta del CIS va mucho más allá de ese 44% y hay datos para todos los gustos, que hacen ver la botella del feminismo medio llena o medio vacía, según las preguntas y respuestas que mire. Y el progre feminista que no se conforma es porque no quiere. Para Gerardo Tecé detrás de la encuesta hay «una hegemonía feminista» oculta por un titular engañoso y amarillista, y la cúpula de Igualdad de la anterior legislatura, o sea, Irene Montero y su amiga del alma Pam, aseguran que ese 56% a favor demuestra que las políticas feministas les «han convencido» frente a los «cuñados, machirulos, incels» —Pam siempre tan elegantemente choni— del 44%.
Desde la superioridad que otorga estar en posesión de la verdad absoluta, CTXT ha publicado una enternecedora carta abierta a ese grupo de herejes, que les recuerda que el feminismo es la cura de los males del mundo, la solución para hombres y mujeres, aunque ellos, tan fachas y machistas, se nieguen a verlo. Si las feministas llaman mansplaining a la «explicación dada por un varón a una mujer en tono condescendiente», esta epístola debe de ser un womansplaining de manual.
El problema no es el feminismo sino el Patriarcado
Cristina Fallarás no podía faltar a esta fiesta. «El problema —dice— no es el feminismo, sino la masculinidad, el Patriarcado». Como casi todas las feministas considera que la masculinidad tradicional ha hecho desgraciados a los hombres: violentos, competitivos, obsesionados con el poder y obligados a esconder sus sentimientos. Efectivamente, solo hay que ver la relación cordial entre Ione Belarra, Irene Montero y Yolanda Díaz para darse cuenta de que, en cambio, las mujeres feministas son un remanso de paz, amor y puñaladas traperas.
En un segundo artículo, Fallarás se ha venido aún más arriba y ha visto en el CIS de Tezanos una proyección de Pedro Sánchez, que dijo en su momento que algunos de sus amigos de 40 y 50 años se habían sentido incómodos con los discursos igualitarios. Para la tertuliana más achispada de Podemos, el CIS ha hecho una pregunta tendenciosa para volcar las opiniones de Sánchez y de sus amigos en la opinión pública, sembrando una semilla machista y misógina en la sociedad. Algo de eso ha dicho también Carlos Alsina, pero sin lo de la semilla, que también se ha reído de ese 44% a los que ha llamado sarcásticamente «pobrecitos».
Que aprenda el aspirante a aliado del mes Alsina de Isabel Díaz Ayuso, que sabe como nadie aprovechar estas cosas: «No me extraña», ha dicho la presidenta de Madrid en alusión al famoso porcentaje, metiéndose en el bolsillo a más del 44% con un discurso igualitario de lo más sensato y lanzando cargas a la línea de flotación de las políticas del, según ella (y nosotros), «Ministerio de Desigualdad» por promover «la discordia entre hombre y mujer».
Nuevas masculinidades que no cuelan
Nuestro repaso a la furibunda reacción feminista apunta ahora a Ana Requena, redactora jefa de género en Eldiario.es. Aseguró sentir «rabia» al leer la encuesta y, ante el hecho de que el 44% se eleve al 52% en los más jóvenes, recogió en un artículo las opiniones de algunos de los jetas del negocio de género, como Daniel Leal y Octavio Salazar, que dan charlas de nuevas masculinidades pagadas por todos. Salazar comenta apenado que hay adolescentes varones que se salen de sus cursos en institutos. Les machacan con la masculinidad tóxica y de lo mucho que sufren las mujeres por culpa de los hombres y los chavales se van sin atender a las bondades del feminismo que acusa pero redime. Intolerable que se resistan a este lavado de cerebro financiado con dinero público.
El reportaje finaliza pidiendo estrategias educativas frente a una radicalización antifeminista que es culpa de una mezcla de discursos misóginos de ultraderecha en Internet, partidos políticos igualmente misóginos de ultraderecha y de la tecnología y los algoritmos, que si no son también misóginos y de ultraderecha poco les falta. La culpa es de todos menos del propio feminismo, claro.
‘La sociedad de la nieve’ va de hombres y ya
Una semana antes de este artículo, la propia Ana Requena demostró su talento para esas estrategias educativas. Publicó un tuit de lo más revelador sobre el film La sociedad de la nieve: «Son hombres preocupados por sobrevivir y ya. No sabes qué sienten, si echan de menos, si piensan en quienes quieren… Poca emoción veo, solo hombres que resisten».
Y esta es a la que tanto le preocupa la falta de empatía del 44% de los hombres con el feminismo. «Solo hombres que resisten» como resumen de dos horas y media sobre uno de los dramas de supervivencia más famosos de la historia. Está claro que no le interesó. Salían demasiados hombres sin deconstruir y ninguna mujer. Solo le faltó decir que había demasiada nieve y que sobrevivir 72 días en los Andes sin perspectiva de género era machista.
Aunque al menos esta solo se amuerma con las cosas de hombres. A Irantzu Varela le despertamos otro tipo de sensaciones. «Hay dos formas de hacer frente a esto: Convertir a ese 44% de los hombres en el enemigo a batir y darlos por perdidos o intentar convencerlos de que el feminismo no es problema», planteaba en Twitter Elizabeth Duval, portavoz de Feminismo, Igualdad y Libertades LGTB de Sumar. Irantzu le contestaba con dos simpáticos emoticonos: un hombre y una pistola apuntando a su cabeza junto a la onomatopeya «PAM». Y por si quedaban dudas, la etiqueta #SeñoricidioFinal. Un encanto Irantzu. Podría haber formado parte del menú de La sociedad de la nieve. Igual así a Ana Requena le habría aburrido menos la película.
Anda que no ha hecho daño a la sociedad esto de ahora que llaman feminismo. Sí todas estás que dicen hablar en nombre de las mujeres supieran que hay algunas a las que nos da vergüenza este tipo de comentarios… Bueno, nos llaman alienadas buscando aprobación masculina y arreglado. Ellas nunca hacen nada mal.
Ellas son perfectas. Lo curioso es que la encuesta más o menos viene a demostrar que los españoles sí somos igualitarios. Nuestros problemas vienen con el feminismo y las feministas, que han convertido esto en su negocio, han normalizado la misandria, ven machismo por todas partes, dicen luchar por las mujeres discriminando a los hombres e imponen sus dogmas para que las mujeres pasen por su aro quieran o no. En fin, qué le voy a contar a la lectora más antigua del blog 😉
Jo, el plantel que nombra de la gente que ha reaccionado a la encuesta : Sabatés, Tecé, Fallarás, Pam, Varela… Espeluznante.
Por otra parte, me pregunto por qué el machismo, el patriarcado y todo eso parecen ser patrimonio del hombre blanco (y heterosexual, de paso). ¿Acaso el resto de razas, culturas y orientaciones sexuales están libres de esa tara? No me cuadra, porque se me ocurren varios colectivos (que todos conocemos) formados por mayoritariamente por no blancos, (uy perdón, personas racializadas) que van sobrados de esas «cualidades»… Lo digo porque en el artículo que enlaza de Eldiario.es solo se culpabiliza al hombre blanco.
Lo de ‘La sociedad de la nieve’, si lo miras bien, tiene su gracia…
Saludos
Ya sabe, porque cada vez que un hombre blanco hace algo violento, machista o racista es un problema estructural y cultural, pero si lo hace alguien que no es blanco es un problema de esa persona que no se puede extrapolar ni generalizar, y que a menudo es consecuencia de sus dificultades económicas y sociales de las que, adivine, también tenemos nosotros la culpa. Es un juego con cartas marcadas en las que siempre vamos a perder.