La espera ha merecido la pena. Desde que saliera a finales del año pasado el informe de la UCO que implicaba a Ábalos en varias tramas de corrupción, se barruntaba otro expediente sobre Santos Cerdán, secretario de organización y experto en pulverizar líneas rojas socialistas como Puigdemont o Bildu. El informe ha caído como una losa en Moncloa y Ferraz. De la banda del Peugeot ya han pillado al portero del puticlub, al profesor de gimnasia y, ahora, al técnico de mantenimiento. A los tres tipos sin formación y con pinta de macarras que ascendieron meteóricamente en el Partido Socialista y que se han estrellado con la misma velocidad, solo falta que se les sume el cuarto, el de la tesis doctoral falsificada.

Miércoles, 11 de junio por la mañana. Congreso de los Diputados. En apariencia todo se desarrolla con normalidad pero hay un detalle que indica que las cosas no van bien en el PSOE. Santos Cerdán, oficialmente un político honrado víctima de los bulos de la ultraderecha, los pseudomedios, la máquina del fango y las, Pedro Sánchez dixit, inventadas de Aldama, sube las escaleras y pasa por detrás del hombre al que ayudó a recuperar la secretaría general del partido, le va a saludar pero se lo piensa mejor y no lo hace, prosiguiendo su camino mientras el presidente le lanza una mirada parecida a la que le dirigieron a Julio César en los idus de marzo.

De santo a líder de una organización criminal en 24 horas

Esa tarde sabemos por qué. Los medios hablan de un informe que la UCO ha entregado al juez que revela que el número tres del partido estaría implicado en la trama corrupta Koldo-Ábalos. De madrugada, los nervios socialistas son evidentes y la jefa de nacional de la Cadena Ser es pillada con los micrófonos abiertos diciendo que la ministra Montero le está pidiendo el informe porque «están perdidísimos».

Jueves por la mañana. Santos Cerdán llega al Congreso aparentando tranquilidad. Asegura que no sabe nada y que dará una rueda de prensa cuando el supuesto informe se haga público. Poco después, el juez levanta el secreto de sumario y el documento de la UCO corre como la pólvora. Casi quinientas páginas demoledoras y ocho audios en los que Ábalos, Koldo y Cerdán se reparten mordidas de obras públicas por media España y en la que presentan al secretario de organización del PSOE como el líder «de una organización criminal». La imagen del dirigente socialista, abatido, leyendo su informe es una de las fotos del año. A primera hora de la tarde ni se molesta en dar la rueda de prensa: presenta la dimisión de todos sus cargos e informa de que renuncia a su escaño. «La verdad termina por saberse», dijo hace un par de meses. Ahí lo clavó.

Las unidades de quemados se llenan de dirigentes del PSOE

La primera consecuencia inmediata llenó las unidades de quemados de los hospitales de dirigentes socialistas que habían puesto la mano en el fuego por Santos Cerdán y que ahora se mostraban dolidos y engañados, entre ellos Félix Bolaños, María Jesús Montero, para quien Cerdán había demostrado «su honestidad, su compromiso y su vinculación con un proyecto de progreso en donde no cabe la corrupción» y Patxi López que defendió de la «cacería de la ultraderecha» a un compañero al que habían «crucificado con clavos que eran mentiras y bulos». No negará que la imagen de un Santos Cerdán mártir y doliente crucificado por los bulos de la ultraderecha es de lo más potente. Ni el final de Ben Hur, oiga.

Hasta ese día el relato oficial era que el informe de la UCO no existía, en plena campaña para desacreditar a los medios críticos con el poder y a la Guardia Civil sin escatimar en bulos, como el de la bomba lapa de El plural. De todos los periodistas que compraron la narrativa del gobierno —y que habían llegado a firmar un manifiesto contra el «golpismo judicial y mediático» que a la hora de la verdad ha demostrado ser el único contrapoder real—, Esther Palomera lo bordó: «¿Periodismo? Han sido semanas con muchas horas de radio y televisión hablando de un informe que no existe. Vergüenza es poco». Un saludo a Esther Palomera, que pasó de la vergüenza por un informe que no existía al «asco» por los audios, en concreto por uno en que Ábalos y Koldo se repartían las putas como quien reparte carnés de periodista del PSOE.

En descargo de la sincronizada hemos de decir que el informe de marras se hizo de rogar. Hasta nosotros, escépticos irredentos, lo pusimos en duda porque el puñetero documento no acababa nunca de ver la luz. ABC, nada sospechoso de ser un medio sanchista, llegó a publicar que no existía quince días antes de que saltara la sorpresa en Las Gaunas. Hasta ese instante Santos Cerdán parecía revestido de la santidad de su nombre a ojos de los progres. Jordi Évole hasta había propuesto una calle en su honor. Si se la llegan a hacer, el tío hubiera sido capaz de robar la placa y las tijeras de la cinta inaugural.

Pedro Sánchez pide perdón

A la ya citada Esther Palomera debemos otro de los tuits del momento: «La importancia de pedir perdón». Se refiere a la explicación de Pedro Sánchez en su comparecencia con el cadáver del honrado Cerdán aún caliente. Y es que, hablando de cadáveres, el presidente parecía uno: hemos visto maquillajes de Halloween más alegres. Con sombras oscuras que acentuaban sus pómulos y un traje dos tallas más grande para aparentar desmejora y abatimiento, el Kennedy español comparecía con la pinta de un muerto viviente. No era para menos: tenía que convencer a los españoles de que su gran amigo le había traicionado, que después de auparlo a lo más alto, hacerlo su mano derecha y trabajar estrechamente con él durante años no tenía ni idea de que fuera un corrupto y que él, profundamente enamorado de Begoña, era ahora un hombre profundamente decepcionado que pedía perdón a los españoles.

Enfrente, el fantasma del Pedro Sánchez de 2014 le recordaba sus palabras a un Mariano Rajoy acorralado por el caso Bárcenas que también pidió perdón: «Usted está asediado por la corrupción. (…) Usted pidió perdón por los nombramientos que había hecho en el pasado (…) Todos son nombramientos suyos (…). Lo suyo no es el caso de una única y exclusiva manzana podrida, señor Rajoy. Usted pidió disculpas, pero ni al Congreso ni al Senado se viene a pedir perdón sino a dar explicaciones, a rendir cuentas y asumir responsabilidades políticas».

Hay veces que las hemerotecas son también golpismo mediático y máquinas del fango.

Dos secretarios de organización pringados

La crisis Ábalos se cortó quirúrgicamente: defenestrado de todos sus cargos hacía algunos años, Sánchez podía decir, aunque no fuera verdad, que ese señor del que usted me habla no tenía ya nada que ver con el partido ni con él. Pero con Santos Cerdán era diferente: otro secretario de organización, el segundo tras José Luís Ábalos, este en activo, defendido a capa y espada hasta un rato antes. Quién iba a decir que el ex portero del lupanar se iba a dedicar a grabar a todo dios. Koldo, curtido en la noche golfa, tenía claro cómo debía cubrirse las espaldas cuando se metió en el lodazal de la política.

Con Sánchez más tocado que nunca, muchos medios progresistas ya no cierran filas con la misma contundencia que antes, tal vez esperando un cambio de ciclo. La Sexta y Prisa, que libra su propia guerra contra el gobierno, se suman a las críticas contra el presidente. Solo RTVE y el irreductible El Plural («No es solo un ataque al PSOE, es un ataque a tus derechos y al avance social de España» reza una columna de opinión que hay que ver para creer) se mantienen incondicionalmente fieles al líder.

¿El fin de la ‘magia’ de Pedro Sánchez?

En el partido, algunos hablan de que Sánchez ha perdido su magia, esa baraka que le acompaña desde 2014, y temen la llegada de nuevos informes de la UCO que podrían dar más pistas del gran elefante en la habitación: la financiación irregular del Partido Socialista y el desvío de dinero a paraísos fiscales. Otra de las inventadas de Aldama, ese pequeño Nicolás del que se reían Patxi López y Óscar Puente que, de momento, lo está acertando todo.

Y mientras la tierra se abre bajo los pies del presidente que busca su enésima salida milagrosa, sus socios de legislatura se indignan con la boca pequeña, con pocas ganas de dejar caer a un tipo que es un chollo para ellos y al que cuanto más débil más le pueden sacar. Junts pide una reunión; Sumar, un reseteo; Podemos se ofende mucho; Bildu dice que estará vigilante; ERC que actuará cuando se demuestre que el gobierno roba, y el PNV que esperará a una sentencia judicial. Estos son los mismos que no soportaron el hedor de Bárcenas y la Gürtel. El de su cinismo político lo tenemos que soportar los demás.

Las empresas de las que pocos hablan

Eclipsado por Santos Cerdán, el informe de la UCO ha dejado otras perlas. Isabel Pardo de Vera, ex presidenta de ADIF, grabada negociando comisiones y riéndole las gracias al putero de Koldo cuando le dice que está buenísima con el pantalón que lleva. No sabemos si a Ana Pardo de Vera le va a sentar peor la presunta corrupción de su hermana o que disfrute con el baboseo del Patriarcado. También aparecen en el informe, y menos en los medios, las empresas Acciona, Obras Públicas y Regadíos (OPR), Levantina Ingeniería y Construcción (LIC), Noran Coop y Servinabar, las dos últimas en la Navarra natal de Santos Cerdán con las que ha tenido relación la presidenta del gobierno foral, María Chivite, que se puso a llorar a moco tendido cuando habló de la caída en desgracia de su amigo. No sabemos si por pena o por miedo.

Que Acciona, que también estaba enfangada en la Gürtel, pueda seguir presentándose a concursos públicos dice mucho de un sistema que nadie quiere arreglar. Un sistema en el que Pedro se ha movido siempre como ídem por su casa, desde los tiempos en que, dicen cada vez más malas lenguas, ascendió en el partido con la información de las saunas gays y los prostíbulos que grababa a escondidas su suegro, dueño de los establecimientos, y que, por suerte para el PSOE y su presidente, no consta que sean objetivos de la UCO.