La malvada ultraderecha, o sea, todo el que no vota al PSOE o a Unidas Podemos, asegura que el comité de expertos que ayuda al Gobierno durante la pandemia es un cuento más chino que el propio virus. ¿Cómo pueden decir semejante falsedad? ¿Acaso se creen que el Ministerio de Sanidad iba a tomar medidas que afectaran a 47 millones de españoles sin estar debidamente asesorado por nadie? Hay que ser muy fascista para pensar eso. Dudar de la palabra de nuestro gobierno de progreso es de nazis, ya debería saberlo.
Vale que el Gobierno se ha negado una y otra vez a dar el nombre de cualquier comité de expertos. Y que reconoció que no había ningún comité asesor para la desescalada a pesar de haberlo citado continuamente. Sí, bueno, también ha dado largas y se ha negado a cumplir con la exigencia del Consejo de Transparencia para que se sepa quiénes son los asesores gubernamentales. Y resulta que no existen por ninguna parte actas de sus reuniones. Todo esto son detalles sin importancia y no indica nada que haga dudar de la palabra de Pedro Sánchez, Salvador Illa o Fernando Simón. Si ellos dicen que hay comité de expertos lo habrá, en este mundo o en alguna realidad paralela, eso es lo de menos. De hecho, según un artículo de Maldita.es que es imposible seguir sin un mapa, no existe uno sino siete comités de expertos.
Para resolver todas las dudas, Kaplan contra la censura se complace en presentar en rigurosa exclusiva las actas del comité de expertos que han aparecido casualmente en un cajón de la redacción de Lo País. Son documentos estremecedores que revelan hasta qué punto el Gobierno de la gente se ha desvivido por sus súbditos, y el inestimable trabajo de este grupo de abnegados héroes anónimos que la derecha quiere desenmascarar para someterles a escraches, perdón, acosos fascistas como hicieron con el vicepresidente de la casta, perdón, del Gobierno.
Día 1: Conozco al comité de expertos
Por fin hoy constituimos el comité de expertos. Estoy orgulloso de poder servir a nuestra nación de naciones. Ya sabía yo que cincuenta años pringando de voluntario en el PSOE iban a dar sus frutos. Nada más entrar en la sala veo a mis otros compañeros. Reconozco a unos cuantos: Elisa Beni, Rosa Villacastín, Iñaki Gabilondo, Anabel Alonso, Julia Otero, José Zaragoza, Cristina Fallarás, Miguel Lacambra, un unicornio… Qué alegría ver tantas caras comprometidas con la independencia y la verdad. El presidente del comité de expertos es aquel muchacho que dijo el 8M que no había que tenerle miedo al coronavirus sino al machismo. Incluso lleva el mismo inconfundible jersey de lana. No podían haber elegido a nadie mejor. Nos fundimos en un abrazo y me llena la camisa de pelotillas.
Día 14: Nuestra primera gran misión
Esta mañana estábamos muy nerviosos. Nuestro amado líder nos ha convocado por videoconferencia. Por fin tendremos el honor de que Su Magnificencia Pedro Sánchez se dirija a nosotros. Pero al final resulta que no tiene cobertura en el Falcon y en su lugar aparece Fernando Simón, que rompe el hielo con unos chistes de enfermeras. Reclama nuestro asesoramiento para un tema realmente importante: ¿debería el presidente de los españoles y españolas ponerse mañana una corbata roja o azul? Deliberamos durante todo el día y a las doce de la noche le decimos a Simón que ha sido imposible elegir. Es tan apuesto que todas las corbatas le sientan bien.
Día 33: Adriana Lastra viene a vernos
Nuestra labor es cada día más importante y así lo reconoce el Partido. La verdad es que no asesoramos nada pero el ministro de Sanidad no para de decir que toman las decisiones en función de lo que aconsejamos, así que algo tendremos que estar haciendo. Realmente, nosotros nos dedicamos a cosas más importantes: por ejemplo, criticar en Twitter todo lo que haga Isabel Díaz Ayuso. En eso nos encontrábamos esta tarde cuando ha venido la portavoz socialista Adriana Lastra. Su estilo vistiendo, su elegancia innata… es inconfundible. La saludamos emocionados cuando viene el vigilante y la echa a patadas. Por lo visto, no era Lastra sino una gitana indigente que se había colado.
Día 46: Pablo Echenique también nos visita
Escuchamos un sonido fuera que nos es familiar. Debe de ser el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que viene a decirnos que todo va sobre ruedas. Ah, no, es el bedel empujando un carrito con la compra del Mercadona. Algunos miembros del comité no notan la diferencia y empiezan a gritar con el puño en alto: “¡Sí se puede, sí se puede!”.
Día 68: ¡Crisis en el comité de expertos!
Las tensiones son inevitables en un comité de alta exigencia como el nuestro. El otro día hubo un conato de rebelión cuando Gabilondo y Julia Otero se pelearon por el último bollo de la máquina del café. Le pedimos consejo a Miguel Lacambra pero se desentendió del tema: “Haced como si yo no existiera”, nos dijo. Pero lo de hoy ha sido mucho peor: Anabel Alonso ya no es mujer. Se ha autopercibido pez cirujano en homenaje a Dory y se ha producido lo más terrible que le puede pasar a un comité: ¡se ha roto la paridad! Al borde de la disolución, José Zaragoza toma una solución drástica y nos pide que a partir de ese momento le llamemos La Tacones. El presidente del comité, que sigue con el mismo jersey, le abraza efusivamente.
Día 183: Joder, si resulta que hay una pandemia
Ha venido un técnico que colabora con el Ministerio de Sanidad al que se supone que asesoramos, aunque es la primera vez que vemos a alguien de ese ministerio, y nos ha preguntado que por qué no llevábamos mascarilla. Ante nuestra perplejidad nos ha contado algo de una pandemia, de que nos hemos tirado más de tres meses encerrados en casa y de que ha habido miles de muertos. “¿Cómo que no se han enterado? –nos ha preguntado– Están ustedes para asesorar al Gobierno sobre la pandemia, la desescalada, las medidas de seguridad, los PCR en Barajas, ¿verdad?”. Nos hemos mirado asombrados antes de contestar: “¿Pero no dijo Fernando Simón que esto no iban a ser más que unos pocos casos diagnosticados?” El técnico de Sanidad se ha ido farfullando algo sobre afiliarse a Vox.
Día 215: La ultraderecha nos acosa
Se veía venir: nuestra gran labor está provocando mucho odio entre el fascismo que ve como, gracias a nosotros que no intervenimos para nada, nuestro amado líder está consiguiendo salvar el país él solo, incluso cuando le ha pasado el marrón a las comunidades autónomas. Se cuestiona no solo nuestra labor sino incluso nuestra propia existencia. Le hemos dicho a Salvador Illa que no se preocupe, que daremos un paso al frente y contestaremos todas las preguntas de los periodistas. Illa ha dado un grito y ha respondido que ni de coña, que aguantemos hasta que encuentren a unos expertos de verdad. Los nervios de la situación han hecho que a Cristina Fallarás le dé una crisis de ansiedad y se haya bebido el frasco de gel hidroalcohólico, después de esnifar unos polvillos blancos que se dejaron aquí los compañeros de Andalucía.
Las actas del comité de expertos terminan aquí. La última anotación está incompleta y coincide con una visita del vicepresidente Pablo Iglesias y su señora. El presidente del comité de expertos por fin se había cambiado de suéter y se había puesto otro de color rosa, lo que provocó las iras de Irene Montero quien exigió la disolución inmediata de “ese instrumento de odio al servicio del Patriarcado” y la creación de otro comité formado solo por expertas. José Zaragoza, La Tacones, se puso muy contenta.
??? Lo que me he podido reír con estas actas ficticias. Aunque conociendo a este Gobierno, podrían pasar por reales. Al fin y al cabo, han entrevistado a la Alonso acerca de la pandemia, así que muy desencaminado no creo que vaya, señor Kaplan.
¿Ficticias? ¿Cómo que ficticias? 😛 Me alegra que se haya reído, Merce 🙂
La mejor revelación, la de Miguel Lacambra: “Haced como si yo no existiera”. ???