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Con lo que sabemos ahora, los efectos más trágicos de esta DANA se podrían haber minimizado. Pero para eso tendríamos que tener gente competente a los mandos y disponer de unas estructuras eficientes y no descoordinadas hasta el ridículo, como la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente de la ministra Teresa Ribera, que de que ve como el caudal en la Rambla del Poyo pasa de 30 a 2.000 m³/s en dos horas y solo se les ocurre mandar un mail a la Generalitat valenciana diciendo «Para su conocimiento, la crecida está siendo muy rápida». Es como ponerle un WhatsApp al capitán del Titanic: Oiga, parece que hay hielo ahí delante.

El comienzo del caos

Lo de la crecida está siendo muy rápida sucedió el martes 29 de octubre a las 18:43 y fue la guinda de un pastel caótico. La Agencia Estatal de Meteorología tenía la alerta roja desde primera hora de la mañana pero casi nadie hizo caso, quizá porque con tantas alertas nos hemos vuelto un poco como Pedro y el lobo. La AEMET avisaba de lluvias que podían «superar de forma local los 150-180 mm en 12-24 horas». Cayeron más de 500. La agencia se encogió de hombros diciendo que los umbrales son los que son y que ellos solo avisaron del mínimo. Los que pintan los mapas de negro Mordor en verano se atenían ahora al protocolo más estricto con unas lluvias mucho peores de lo que nadie esperaba.

A las 13:00 horas, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, publicó un tuit —que luego borró— informando de que el temporal se desplazaba a Cuenca, «por lo que se espera que hacia las 18:00 disminuya su intensidad». Pero al llegar las 18:00, aunque ya apenas llovía, la crecida estaba siendo muy rápida. Faltaban cuarenta y tres minutos para que la confederación burocrática, perdón, hidrográfica remitiera el famoso mail y casi noventa minutos más hasta que la Generalitat se dignara a enviar el aviso ES-Alert a los móviles de los valencianos, el mismo que el año pasado acojonó a los madrileños durante otro temporal que se quedó en poca cosa y que despertó la paranoia entre los conspiranoicos que lo vieron como un siniestro experimento de control social.

«Controlar RTVE, más importante que los muertos»

Pero en el caso de Valencia, la DANA iba muy en serio, demasiado. El problema es que para cuando el gobierno regional activó la alerta ya había carreteras anegadas, pueblos inundados y miles de personas atrapadas. Un lógicamente cabreado anónimo ciudadano de Paiporta lo expresó con claridad: «La alarma la dieron cuando yo ya estaba en el puñetero árbol».

A la mañana siguiente, mientras aparecían los primeros de una larga lista de fallecidos que, de momento, va por 216, el Gobierno se empeñó en no suspender la sesión parlamentaria. ¿Para declarar acaso la emergencia nacional y ayudar cuanto antes a las víctimas? No, para algo mucho más trascendental: aprobar el decreto de control de RTVE y proponer a sus nuevos consejeros dispuestos a darlo todo por sus amos a cambio de 100.000 euros anuales. La progresista La Sexta lo describió mejor que nadie: «Controlar RTVE, más importante que los muertos».

«Si necesita más recursos, que los pida»

Desde Valencia llegaban ya testimonios e imágenes de la tragedia, historias escalofriantes de personas que se habían salvado por los pelos y de otras de las que no se sabía nada. Carlos Mazón se vistió con un chaleco de Protección Civil para disimular su incompetencia y Pedro Sánchez apareció por allí desde la India ofreciendo la ayuda del Estado pero sin asumir el control. Por mucho menos, en 2020, declaró el estado de alarma en Madrid cuando Ayuso no cerró las terrazas durante la pandemia.

Ahora, quizá viendo el marrón que Mazón tenía por delante y que, llegado el tiempo, podría tumbarlo políticamente, Sánchez hizo sus cálculos para que el desastre no le salpicara, dejó que el gobierno valenciano tomara la iniciativa, y en vez de demostrar que es el presidente de España, se portó como si fuera un mandatario africano que nos ofrece ayuda porque noblesse oblige. Sus declaraciones han quedado para la historia: «Si [Mazón] necesita más recursos, que los pida». Con Valencia desgarrada, posiblemente no fuera el comentario más afortunado. Al menos en una cabeza normal, en la de un psicópata narcisista puede ser.

La frase se ha hecho popular en una versión resumida: «Si quiere ayuda que la pida» que no se pronunció nunca literalmente, lo cual ha servido al equipo de opinión sincronizada del gobierno para, en la encarnizada batalla por el relato, instaurar una nueva modalidad de bulo: el bulo de que una paráfrasis es un bulo. Maldita.es para demostrarlo expuso todo el discurso del presidente para que se apreciara bien el contexto. Mal vamos cuando para desmontar una frase de seis palabras hay que citar un discurso entero.

Sols el poble salva el poble

Los primeros días de la tragedia transmitieron la sensación de que la Generalitat actuaba a cámara lenta, ayudada por el Estado más a cámara lenta aún, así que miles de voluntarios tomaron la iniciativa y se dirigieron a los municipios afectados, en una muestra de solidaridad que, gracias a Dios, constata que los españoles estamos muy por encima de nuestros políticos y que en el momento de la verdad sols el poble salva el poble.

Mientras ese ejército solidario sustituía al real que por alguna burocrática razón no acababa de movilizarse, y se llenaba de barro en Paiporta, Chiva, Sedaví, Benetússer, Alfafar, Massanasa o Catarroja, las redes sociales lo hacían de los oportunistas de siempre buscando sacar ventaja ideológica con lo que mejor saben hacer: quejarse, ofenderse e insultar a los demás, que por algo son orgullosos justicieros de salón.

Solidaridad ultramegafascista

Entre los motivos de indignación (como la desmantelacion de una embrionaria Unidad Valenciana de Emergencias que los propios bomberos consideraban un chiringuito) estuvo que en aquella marea solidaria había supuestos voluntarios de extrema derecha detrás de algunos convoyes de ayuda humanitaria, como los de Revuelta, grupo vinculado a Vox. En uno de estos participó la influencer Roro odiada por las feministas porque no representa a la mujer que a ellas les gusta. Estaba claro: aquello confirmaba que Roro era nazi, como el resto de fascistas que acudían a Valencia. El Mundo Today se echó unas risas a costa del tema. «Valencia se llena de mierda», titulaba una de sus cómicas noticias: «Los vecinos piden palas para echar a los neonazis de sus calles». En realidad, era justo al contrario.

Una chica, entrevistada por Ana Rosa Quintana se refirió a estos voluntarios ultras como «los primeros que cogieron las palas y vinieron a ayudar». Los seres superiores de izquierdas se revolvieron inquietos en sus sofás. ¿Cómo podía haber tanto facha suelto que prefiriera que le ayudaran a quitar barro o le llevaran agua y alimentos a medidas tan eficaces como el paro solidario de diez minutos convocado por los sindicatos, la petición de multar a Mercadona por hacer trabajar a la gente el día del temporal o la convocatoria de una manifestación contra Mazón? Inconcebible.

La DANA resucita a Franco

Por si no hubiera poco fascismo, el Caudillo hizo su aparición. La DANA devolvió a la memoria el faraónico Plan Sur que el franquismo emprendió para desviar el Turia después de otro cataclismo meteorológico, el desbordamiento del Turia de 1957, y que seguramente ha impedido un desastre mucho mayor. Un proyecto —ahora impensable con la Unión Europea de los tapones de plástico— siempre criticado por la izquierda ecologista que estaba incluso dispuesto a enmendarlo como si fuera una especie de Valle de los Caídos de la ingeniería hidráulica.

De hecho, no hace ni tres años que la Confederación Hidrográfica del Júcar, los de la crecida está siendo muy rápida, planeaban un caudal ecológico para el nuevo cauce del Turia que el entonces ayuntamiento de Compromís estudiaba para «recuperar el río 50 años después de perderlo». Es de suponer que con la que ha caído se lo pensarán un poco antes de retomarlo.

Entre presas anda el juego

Lo cierto es que para desgracia del gobierno de la memoria histórica, Franco ha estado muy presente en esta DANA. No solo por el Plan Sur, reivindicado hasta en incontrolables directos, sino por un bulo que ha circulado acusando al gobierno socialista de destruir las presas que el dictador con tanto cariño inauguraba a golpe de NODO.

Los hechos constatan que eso no ha sucedido pero sí se le puede reprochar a los socialistas no haber construido una presa en Cheste que habría salvado la Horta Sud valenciana. Estaba planeada en el Plan Hidrológico Nacional que Zapatero derogó en cuanto llegó al poder. Nadie ha retomado ese proyecto. Obviamente, es más importante devolver la biodiversidad al Turia con sus plantas y animalitos que proteger miles de vidas humanas.

El parking maldito de Bonaire

Por si fuera poca la desgracia, la desinformación y los bulos han campado a sus anchas entre el barro y la destrucción. Y ninguno de ellos ha sido tan aterrador como el del parking del centro comercial de Bonaire, que amaneció completamente inundado. La imaginación más morbosa se disparó hablando de cientos de muertos bajo sus aguas. Se decía que se habían vendido 700 tickets de coches que estaban atrapados y circularon audios que no te contarán en las noticias de buzos, bomberos y miembros de la UME horrorizados por lo que encontraban allí. Incluso un tipo se hizo pasar por un concejal y se coló en directo en una emisora de radio asegurando que ya se habían sacado noventa cuerpos del parking.

Afortunadamente, cuando por fin entraron los servicios de emergencia no se encontraron cadáveres. Iker Jiménez, uno de los que había hablado de ese cementerio bajo el agua, como Rubén rodillas Gisbert, Desokupa, El Plural o La Sexta, tuvo que recular —según él, se lo habían confirmado tres fuentes: la Cibeles, Neptuno y Canaletas— pero muchos otros siguen instalados en Conspiralandia y aún hablan de camiones frigoríficos que se llevan a escondidas los cuerpos porque el gobierno no quiere reconocer la verdad. Ya lo dice el manual del buen conspiranoico: nunca dejes que la realidad te estropee la película que te has montado en la cabeza.

Una visita realmente inoportuna

Lo que no era ningún bulo fue la sensación de abandono de miles de afectados, con pueblos a oscuras, arrasados y sometidos al pillaje. La rabia y la indignación de los vecinos aumentaba cada día sintiéndose ciudadanos del Tercer Mundo. Y con los nervios a flor de piel a alguien se le ocurrió que una visita de los Reyes, de Pedro Sánchez y Mazón cinco días después de la tragedia era una gran idea.

No pasaron del primer pueblo previsto en la ruta. Una muchedumbre furiosa les insultó y les lanzó barro al grito de «¡Asesinos!». En uno de esos momentos que definen a una persona, Felipe VI, sabiendo que se jugaba la imagen de la monarquía, se quedó y aguantó el chaparrón escuchando y consolando a los vecinos. Pedro Sánchez, en cambio, huyó piernas para qué os quiero. RTVE se pasó todo el Telediario hablando de un protocolo de seguridad para que nadie llegara a la conclusión de que el presidente del gobierno español era una rata cobarde.

Pedro Sánchez, la principal víctima de la DANA

Como sucedió con el «Si necesitan más recursos, que los pidan», los medios progubernamentales lo dieron todo para dejar en buen lugar al huidizo Sánchez, aunque para ello hubiera que convertirlo en la principal víctima de la DANA. Y el comodín utilizado fue el de la ultraderecha, que vale pa to. Se habló de grupos fascistas perfectamente organizados para atacar y linchar al presidente. «La extrema derecha reivindica el ataque a Pedro Sánchez en Paiporta», titulaba Eldiario.es usando como fuente un tipo que había aparecido comentando en un chat. ¡Atentado! ¡Magnicidio!, exclamaban los más fanáticos socialistas.

Desgraciadamente para el relato, ninguno de los tres detenidos por atacar el coche del presidente, un vecino de Paiporta, otro de Albal y otro de Godella, hermano de un afectado por la DANA, es un nazi furibundo, aunque los medios de izquierdas no pierden la esperanza de que ellos o sus parientes voten a Vox o al PP, o, en su defecto, profieran cánticos racistas contra Vinicius.

Silvia Intxaurrondo al rescate

En la hora más aciaga, no para Valencia sino para Sánchez, Silvia Intxaurrondo no defraudó. Su ejercicio de manipulación en tiempo real entrevistando a la alcaldesa socialista de Paiporta no tiene desperdicio:

Alcaldesa: «Había gente de Paiporta, pero también había gente de fuera. Lo que se ha visto es el grito de desesperación de un pueblo que se siente abandonado».
La bienpagá «¿Usted ha visto cierto nivel de organización?»
Alcaldesa: «No lo sé».
La bienpagá: «La veo mordiéndose la lengua, alcaldesa» (…) Porque usted nos ha dejado muy claro que los vecinos de Paiporta no son los que han hecho esto». 

Diez mil millones a cambio de los presupuestos

No nos cabe duda de que Silvia Intxaurrondo se merece cada uno de los 547.514 euros que le paga Televisión Española. Eficiente, cumplidora y guapa. Nosotros incluso sugerimos, ahora que llegan nuevos consejeros, que le den un aumento de sueldo. Seguro que Pedro Sánchez asiente con satisfacción. La misma con la que ha anunciado un paquete de medidas por valor de 10.600 millones de euros para hacer frente a los efectos de la DANA, pero dando a entender que podrían estar vinculadas a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado que nadie le quiere votar. Después de pasarse la crisis un poco fuera de juego, desganado incluso, por fin Sánchez ha visto la oportunidad de sacar tajada de todo esto.

Según Eldiario.es que, como vemos, también se está ganando el sueldo, se trata de un nuevo bulo de la derecha porque el presidente nunca lo ha expresado así, aunque se le parezca mucho: «Los Presupuestos son más necesarios que nunca (…). Si antes decía que no iba a eludir mi responsabilidad de presentar unas cuentas públicas, en esta ocasión esa responsabilidad se multiplica hasta unos límites colosales». Solo el tiempo dirá si es un bulo, una interpretación apresurada, un globo sonda o un miserable chantaje en toda regla.

Trump y las víctimas de la DANA

Como colofón a esta antología del surrealismo nacional no podían faltar las declaraciones de Mario Viciosa, periodista de La Sexta y especialista en ciencia de Newtral quien aseguró, como muchos otros expertos, que la gravedad de la DANA era consecuencia (estaba claro) del cambio climático. Viciosa seguramente tendría en mente el estudio de algo que se llama World Weather Attribution que atribuye el temporal en Levante a los efectos del apocalipsis climático, aunque realmente no es ningún estudio sino un «análisis preliminar» basado en suposiciones previas. O sea, palabra del cambio climático, te alabamos, Señor.

Viciosa se vino arriba y aprovechando que había elecciones en Estados Unidos, aseguró que la victoria de alguien como Donald Trump, que no cree en el cambio climático, sería «una burla para las víctimas de la Dana en Valencia», y que «menos mal» que los ciudadanos teníamos una herramienta muy importante: «Votar, votar bien». Igual le escucharon desde Estados Unidos. Al día siguiente Trump arrasó y, por supuesto, eso no supuso ninguna burla para las víctimas de la tragedia de Valencia. En todo caso, para los periodistas de La Sexta que aún están llorando.

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4 comentarios

  1. Imposible resumir todo lo que ha pasado y sigue pasando en relación al desastre: avisos que se dan pero no se dan, políticos incompetentes haciendo cálculos hasta que el número de víctimas se dispara, si no puedes pídeme ayuda, no hace falta que ya puedo yo, miles de voluntarios actuando como el ejército de Pancho Villa porque no hay nadie al volante, miles de miembros del ejercito, guardia civil, bomberos, etc en posición de salida esperando una orden que no acaba de llegar, y por supuesto, peligrosos (no hay más que ver a Roro) grupúsculos ultraderechistas que abandonan sus habituales ocupaciones (perseguir a moros, negros y gays) para coger una pala y una escoba o repartir comidas mientras piensan en cometer un magnicidio (un saludo, eldiario.es) y en «hacerse selfies con el barro…
    Poco nos pasa. ¿Responsabilidades? ¿De qué me habla usted?

    1. Es un suma y sigue a medida que se conocen los detalles de esa reunión del centro de emergencias que debía de parecer el camarote de los hermanos Marx, con Mazón desaparecido en su “comida” con la periodista, la consejera responsable de emergencias que no sabía que podía enviar alertas y el equipo discutiendo si el mensaje tenia que traducirse al valenciano.Y luego está la manifestación surrealista preparada por la izquierda contra Mazón riñiendo a los que iban con pancartas contra Sánchez. España es una película de Berlanga.

  2. Esto ha sido un caos, solo se han echado las culpas los unos a los otros mientras la gente lo perdía todo. Y lo peor es que ha pasado más de una semana y la cosa no ha mejorado. Bueno, y que se han anunciado ayudas y esas cosas que todos sabemos que no siempre llegan. Por no hablar de la cantidad de bulos que han salido, que cada uno ha ido arrimando el ascua a su sardina. Que en estos casos sale lo mejor de la gente, pero también lo peor. También le digo que esto no ha acabado, que aún coleará un tiempo y que seguirán todos sin hacer nada, más que responsabilizando al contrario de la catástrofe.

    1. Los bulos se han convertido en uno de los grandes protagonistas y, como no podía ser menos, ya se usan en la batalla cultural para desacreditar al contrario. La de reportajes que están dando en TVE o La Sexta contra las intoxicaciones informativas, pero de las que promueven ellos (como el ataque de grupos organizados de ultraderecha contra Sánchez) no dicen ni mu.

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