Irene, toda la verdad

El charómetro que mide la popularidad del feminismo en España marcaba registros mínimos. Tras una legislatura, el Ministerio de Igualdad había ido de ridículo en ridículo dividiendo al movimiento feminista más que nunca, desangrándolo en guerras internas. Los propios aliados colapsaban al verse obligados a ser machistas para defender a las feministas de otras feministas. Con tanta cuchillada entre hermanas la palabra «sororidad» causaba el mismo efecto que «Pijus Magnificus»

Solo sí es sí y dos huevos duros

El Ministerio de Igualdad es un habitual en Kaplan contra la censura. Nunca decepcionan. Y de un tiempo a esta parte, a medida que se acaba la legislatura, las chicas de Irene Montero están que se salen. Su amigui y mano derecha, Ángela Rodríguez Pam, lo expresó muy gráficamente cuando dijo que, como no sabían cuánto durarían en el Gobierno, tenían «diarrea legislativa». Y vive Dios que acertó plenamente con

Irene Montero Falcon

Las empoderantes aventuras de cuatro feministas españolas en Estados Unidos

En junio del año 2022, el feminismo dio un paso de gigante tras el viaje de la ministra de Igualdad de España, Irene Montero, y tres compañeras del ministerio a Estados Unidos. El país estaba convulsionado por la derogación estatal del derecho a abortar y vivía momentos de zozobra a incertidumbre. La presencia de estas cuatro valientes políticas supuso un gran apoyo moral. Y no solo eso. Fue la chispa

Marqueses Galapagar

La caída de la casa Galapagar

Un día de otoño triste y silencioso, cuando las nubes colgaban bajas y pesadas en el cielo amenazando tormenta, crucé una región singularmente lúgubre de Madrid. Y, al fin, al acercarse la noche, me encontré a la vista de la melancólica Casa Galapagar. Había conocido tiempos mejores, lo que saltaba a la vista con su descuidada fachada, pero aún imponía, sobrecogedora recortada contra el horizonte del crepúsculo. Miré el móvil

Estudio feminista Juguetes

Viaje alucinante a un estudio feminista sobre el machismo en la publicidad de juguetes

Si hay algo que no le falta al feminismo son estudios que justifiquen su forma de ver el mundo. Por eso, cuando una feminista le diga que algo «está muy estudiado», créala, lo está. Lo que no le contará es que lo han estudiado las propias feministas siguiendo una fórmula que nunca falla: tesis inicial que quieren demostrar, observación e interpretación de ciertos datos, y no otros, seleccionados o sesgados