Black Lives Matter a la madrileña

Las elecciones autonómicas del 4 de mayo en Madrid dejaron en estado de shock a la izquierda. Isabel Díaz Ayuso se olió la traición de Ciudadanos y desactivó dos mociones de censura, convocó elecciones y, a pesar de sufrir una concienzuda campaña de desprestigio, arrasó incluso en el famoso cinturón rojo, expulsó a Pablo Iglesias de la política y, encima, decidió pactar con la bestia parda del progresismo, Vox. Por

Estafa Black Lives Matters

Black Lives Se lo montan

Todos saben dónde estaba Black Lives Matter el año pasado y la que liaron tras el homicidio de George Floyd, pero no se les recuerdan las mismas protestas cuando Walter Scott fue acribillado por un policía blanco en 2015. Algunos dirán que cinco años antes no estaban tan activos, pero que en el primer caso gobernara la bestia blanca Donald Trump y en el segundo el buen afroamericano Barack Obama

Juan Cala Inocente

Juan Cala: un blanco perfecto

La cosa está negra, sin ánimo de ofender, que acabamos de empezar. Los insultos, y los racistas también, han existido siempre en las competiciones deportivas. Normalmente se entiende que es un impulso propio del calentón del momento y se suelen disculpar después. Porque mentar a la madre de alguien o considerarlo un gran macho cabrío, así en frío, pues está feo. Pero en nuestro siglo XXI hemos decidido que hay

hipocresía progre

La poeta activista viste de Prada

Es fácil ponerle peros a la adalid de la lucha contra el cambio climático, Greta Thunberg: abandonó el colegio, se la ve limitadita y poco sociable, antipática cuando no consigue lo que quiere y el negocio montado a su alrededor se huele a kilómetros. El postureo progresista necesita más madera, nuevos ídolos, alguien que represente los Estados Unidos inclusivos, diversos y multiculturales de la era Biden. Y el mismo día

CHAZ Jenny Durkan

Jenny en el CHAZ de las maravillas

Érase una vez una alcaldesa demócrata de piel blanca como la nieve y cabello rubio como la miel llamada Jenny Durkan. Vivía Jenny en la villa de Seattle, una de las villas más progresistas de un reino donde gobernaba un terrible ogro llamado Donald Trump. Después de que un policía matara a un hombre de piel oscura en Minéapolis, hubo un estallido de manifestaciones y altercados por todo el país

Derribar estatuas

El gozoso placer de derribar estatuas opresoras

Hace una hermosa mañana de verano y va usted paseando por el parque. Y se encuentra con una estatua de Cristóbal Colón, o de Winston Churchill, o de Miguel de Cervantes. O de fray Junípero. Ahí, toda imponente, como suelen ser las estatuas. Contémplela y disfrútela. Pero rápido porque esa turba que se ve a lo lejos tiene intención de tirarla al mar a la mínima oportunidad. Para ellos no

Lo que el viento se llevó corrección política

¿Y si «Lo que el viento se llevó» fuera políticamente correcta?

En cuanto John Ridley, guionista ganador del Oscar por esa extraordinaria película que es Doce años de esclavitud y dos horas de siesta en el cine, publicó el artículo «Hey, HBO, Lo que el viento se llevó idealiza los horrores de la esclavitud. Sácala de tu plataforma», la muy woke HBO ni se lo pensó. Y eliminó de su catálogo Lo que el viento se llevó hasta que pudiera reponerla