Feminismo COVID-19

Que el Gobierno antepuso el 8M a la protección de sus ciudadanos ante la pandemia del coronavirus es un discurso que toma fuerza en la opinión pública. De ahí que la izquierda haya iniciado una ofensiva para cambiar una narrativa que incluso puede calar entre sus propias filas.

Después de que el Gobierno llamara alarmistas a los que se preocupaban y animara a la participación masiva en las manifestaciones del 8M -a las que muchos no fueron porque no se fiaron-, los contagios se dispararon, convirtiendo Madrid en el epicentro del COVID-19 en España. Una pandemia que a fecha de hoy se ha cobrado un trágico balance con cifras superiores a los 100.000 infectados y 9.000 muertos.

¿Conocía el riesgo real el Gobierno? Y si era así, ¿por qué no tomó medidas antes y permitió no solo el 8M sino todos los actos masivos que tuvieron lugar ese fin de semana? Según ellos, porque no los conocían y hasta el mismo ocho de marzo por la noche la situación que reflejaban los datos era normal y no había motivo para anular nada. Y se quedaron tan anchos.

El diario Público, nada sospechoso de ser facha, incluso publicó un artículo el día 12, cuando ya empezaban a aumentar el número de casos, en el que varios juristas valoraban si se debería haber suspendido o no la manifestación. En la calle cada vez más personas tenían claro que sí o, cuanto menos, haberla desaconsejado desde el Gobierno, como sí sucedió en otros países como Francia o Alemania.

¿Conocía el Gobierno el riesgo y no quiso informar?

A esto hay que añadirle que, desde el 14 de marzo han ido trascendiendo numerosas informaciones que consideran que el Gobierno sí conocía la situación real. Pero la ignoró imprudentemente y no advirtió a la población, al tiempo que enviaba consignas para tranquilizarla. Las informaciones las han publicado, por ejemplo, El Español, La Razón, El Economista, El Mundo o incluso El País.

Algunos tuiteros como Barbarellah o el periodista Matthew Bennett, alertaban de sospechosos apagones en los datos entre el 6 y el 9 de marzo, entre otras irregularidades. La página de Fact-Checking Maldito Bulo, ideológicamente afín al progresismo, se apresuraba a desmentir esos hilos, a pesar de posteriores autozascas.

Incluso el Partido Feminista de Lidia Falcón olió la sangre como un tiburón. Expulsadas de IU por tránsfobas y autodescartadas el 8M, se han tomado su venganza con un comunicado en el que -sin citar el 8M- han atacado duramente la gestión del Gobierno PSOE-Podemos en la pandemia y han pedido que se depuren responsabilidades.

Todo esto ha provocado el peor de los escenarios posibles para la izquierda feminista, que se las prometía felices con Irene Montero y su flamante Ministerio de Igualdad, y que está acostumbrada habitualmente a imponer su discurso. Normalmente, con decir que cualquier idea opuesta al feminismo es machismo y patriarcado les bastaba, pero en esta ocasión no.

Este es el contexto en el que hay que enmarcar la ofensiva del feminismo hegemónico por restaurar su relato. Empezó el periodista fake Miguel Lacambra el 25M en La Marea con «Ha influido el 8M en el incremento de los casos de COVID-19?» . En este artículo, intentaba demostrar con gráficas y derivadas que el 8M, aunque lo pareciera, no había tenido nada que ver con la propagación de la pandemia.

 

Una campaña bien orquestada

Dos días más tarde, continuó Público con «¿El 8M, culpable de todos los males? Viajemos al pasado para analizar la demagogia de la derecha con el coronavirus», donde tras repasar diversos actos celebrados ese día (partidos de fútbol, congreso nacional de Vox… ¡incluso misas!) concluían, como no podía ser de otra manera, que vincular la manifestación de Madrid con el aumento de contagios era una idea demagoga y facha.

Ese mismo día, qué casualidad, El Salto, otro de los diarios más activistas de la izquierda, escribió «No culpes al 8M. Tres indicadores macro que explican mejor la crisis del coronavirus». Ya les resumo los tres indicadores macro: la culpa es de los recortes del PP.

 

Irene Montero se intenta explicar

La activista abertzale y feminista Irantzu Varela dedicó también el 27M su espacio El Tornillo al mismo tema. En su típico estilo psicópata floreado, habló de ataques misóginos a una fecha en que las mujeres cantaron «patriarcado capital, alianza criminal», lo que, según ella, provocó las iras del machismo. Ni una parodia de Irantzu Varela lo habría hecho mejor que Irantzu Varela.

Todos estos artículos estaban alineados con la narrativa de una reaparecida Irene Montero, la podemita ministra de Igualdad que acudió a la manifestación y se contagió de COVID-19, En La Sexta (cómo no), Montero aseguró el 26M que hicieron lo que les dijeron las autoridades sanitarias y los expertos, sin mencionar el sutil detalle de que las autoridades eran ellos mismos.

8M Coronavirus

 

Irene Montero: la culpa no era mía ni de cómo vestía, sino de los expertos.

Finalmente, el propio PSOE se sumó a la campaña entrando como un elefante en una cacharrería. En uno de los hilos más surrealistas que se le recuerdan, exculpó al Gobierno y a la manifestación del 8M en Madrid de toda responsabilidad, atacando de paso al PP de Díaz Ayuso por dejar el metro abierto, a Vox por su mitin, y recordando algunos de los actos masivos que hubo en Madrid. Actos que, no olvidemos, se celebraron porque el Gobierno no avisó del riesgo, tal vez porque, como empieza a ser vox populi, parecía más pendiente de su agenda ideológica y de volver a ser un referente europeo del feminismo el 8M..

El hilo del PSOE (en unas horas recibió 1.500 fav y 7.500 comentarios, la mayoría críticas e insultos) no fue casual. Como no lo han sido todas las publicaciones que aparecen en los medios afines. Y no es casual porque es la primera vez que el feminismo hegemónico de izquierdas no domina el relato, la primera vez que están recibiendo enormes críticas y no les funciona su victimización habitual. Porque a la actitud, en el más benévolo de los casos, negligente e irresponsable del Gobierno que preside Pedro Sánchez, hay que sumar la ligereza con la que se abordó el problema del coronavirus por las propias asociaciones feministas, que hicieron del lema «El machismo mata más que el coronavirus» uno de sus leitmotivs estrella aquel día.

Imponer la narrativa

Por eso están intentando recuperar el relato y harán todo lo posible por imponer de nuevo su narrativa. Los análisis con «perspectiva de género» del COVID-19 van también en esta línea. ¿Cómo podéis culpar a las mujeres de nada -parecen decir- si somos las que más sufrimos con el coronavirus? Las dos terceras partes de los fallecidos son hombres. Pero ¿desde cuándo al feminismo le ha preocupado la verdadera realidad?

Este post es una reelaboración del hilo tras cuya publicación Twitter suspendió mi cuenta entre el 31 de marzo y el 3 de abril, argumentando que incumplía sus reglas sobre prácticas de manipulación y spam. Después de considerar mi apelación, la cuenta fue restaurada.

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