Cine feminazi feminista

No hay cine feminazi, le dirán. No existen las películas hembristas. Pero haberlas haylas, en mayor o menor medida. La industria está rendida a esta moda. El feminismo #MeToo se ha extendido con todos sus excesos sin que casi nadie se atreva a cuestionarlo, y ha llegado como una apisonadora al séptimo arte. Pero a fecha de hoy aún no ha podido con el mercado y una ley se cumple casi siempre: cuanto más feminismo forzado hay en una película, peor taquilla. Da igual cuantas alabanzas salgan de los críticos woke y del departamento de marketing de los estudios: el público no feminista no va a ver panfletos ideológicos disfrazados de películas, y el público feminista está más interesado en tuitear que en gastarse el dinero. Un plan sin fisuras.

En Vengadores: Endgame los héroes están librando la lucha final contra Thanos, y un agotado Spiderman le pasa el Guantelete a Capitana Marvel mientras una horda de aliens se lanzan contra ella.
— No sé cómo vas a atravesar todo esto —le dice Spiderman.
Pues con sororidad. Aparecen todas las superheroínas Marvel que se lanzan épicamente al ataque como si se enfrentaran al mismísimo Patriarcado. Da igual que cada una estuviera en una punta del campo de batalla y que ese momento quede forzadísimo. Hay que meter con calzador esa escena para que se vea que hay un apoyo incondicional al feminismo. Y si le pone alguna objeción a ese momento sublime es usted un misógino de mierda, que lo sepa.

Y justo ahí está el problema: que les trae al pairo si lo que sale en pantalla tiene sentido o funciona o no en la historia. Piensan más en el postureo, en cumplir con la agenda y plantar una pica contra la sociedad machista que humilla a las mujeres… incluidas las millonarias ejecutivas de los estudios y las no menos forradas actrices de Hollywood.

Los mandamientos del cine feminazi

Todas las películas que se deslizan por la pendiente feminista hasta llegar en algún momento a la dimensión feminazi tienen rasgos similares. Son los 8 mandamientos del cine feminazi. Imagíneselos tallados en piedra y presentados cual mandamientos divinos por Carmen Calvo o Irene Montero vestidas de Moisés con barba y todo:

1. Exaltación sin límites del poder femenino. Las mujeres son perfectas, empoderadas y poderosas, apenas encuentran dificultades para lograr sus objetivos, lo que se suele llamar en la jerga una Mary Sue.

2. Ridiculización de lo masculino. Al contrario que las mujeres, los hombres son todo lo contrario: malvados, ridículos, torpes o estúpidos, o todo a la vez. Con la única excepción del buen aliado feminista, posiblemente racializado o no hetero, que asume siempre su lugar detrás de la mujer.

3. Adoctrinamiento. Por si no quedara claro que lo importante de la película es el empoderamiento femenino, los diálogos refuerzan esta idea, a menudo a través de chistes y supuestos golpes de humor. O directamente con discursos moralizantes que lo dejan a uno con la cara de qué-pinta-esto-aquí.

4. Puritanismo. Nada de desnudos femeninos ni mujeres vestidas con ropa provocativa que un hombre pueda encontrar sexy o erótica. El sexo y el desnudo femenino son los grandes tabúes del cine feminazi. Según su ideología, mostrar a una mujer muy erótica, con poca ropa o directamente sin ella en una película fomenta la cultura de la violación. Antes verá un culo masculino que unas tetas de mujer. Y eso nos lleva al quinto punto.

5. Justificación de la cosificación y la violencia contra los hombres. Lo mismo que las mujeres critican si se refiere a ellas, lo celebran en el caso de los hombres. En este caso lo ven como un sano y divertido ejercicio de subversión de roles.

6. Toques de diversidad sexual y multiculturalidad. En muchas ocasiones, el mensaje feminista se entremezcla con otras consignas a favor de las minorías oprimidas o promoviendo el discurso ideológico progresista o identitario que esté de moda en ese momento. Va todo en un pack.

7. Unos críticos entregados a la causa que siempre valoran los aspectos feministas de la película como algo positivo, anuncian que será un éxito y que, cuando la cinta no obtiene los resultados esperados, nunca quieren ver en ese exceso de ideología uno de los posibles motivos del desastre. Llegado el caso, incluso son capaces de echarle la culpa al hate reaccionario que critica esas películas tan necesarias.

8. Demonización de cualquier opinión negativa. Cuidado con expresar disconformidad o crítica a este tipo de cine. Automáticamente será clasificado como misógino, machista, fascista o cualquier adjetivo similar. El cine feminazi solo admite dos puntos de vista: o se está con él o contra él.

Con el feminismo en los talones

Volviendo a Vengadores: Endgame, por suerte el momento #MeToo dura un minuto y no impide seguir disfrutando del espectáculo y de las hostias como panes que dan tanto ellos como ellas. Pero en otras ocasiones no tenemos tanta suerte y el feminismo radical en vez de aparecer puntualmente recorre la película e incluso a veces la posee por completo.

Kaplan contra la censura ha repasado algunos de esos hitos —algunos con más, otros con menos elementos feminazis, de todo hay en la viña del Patriarcado— para ahorrárselo a usted. No nos dé las gracias, páguenos un psicólogo que después de ver todo esto del tirón falta nos hace.

Cazafantasmas: con ella empezó todo

Le corresponde el dudoso honor de ser la pionera del cine feminazi. Un reboot del clásico de 1984 con un reparto de cazafantasmas femenino que, para venir del mítico Saturday Night Live, mucha gracia no hacían, la verdad, aunque algunos aún defienden esa sucesión de chascarrillos diciendo que era un estupendo «humor feminista» e incluso hoy la ponen por encima de la original, demostrando que hay gente con más moral que el Alcoyano. Chris Hemsworth interpreta al tío bueno subnormal (en un simpático giro, decían, de la mujer florero de las películas supuestamente patriarcales). A pesar de la campaña publicitaria poniéndola por las nubes, la película se consideró un fracaso. Recaudó más de 200 millones de dólares, pero no recuperó la enorme inversión en marketing que nos había intentado convencer de que estábamos ante un clásico imperecedero de nuestro tiempo.

El detalle opresor

Leslie Jones se llevó buena parte de los palos. La actriz no solo tuvo que soportar el racismo y los insultos en redes sociales (cabestros hay en todos los sitios) sino que además fue criticada por algunos intensitos de su propio bando que consideraron racista que la única negra de la película trabajara en el metro, mientras que las blancas eran ingenieras o científicas. Hoy con el Black Lives Matter o hacen a este personaje premio Nobel de Física o saquean los cines.

Cazafantasmas (2016). Clasificación en la escala feminazi: 7/10

El lado oscuro del feminismo poderoso es

Qué mala suerte que la nueva trilogía de Star Wars se haya rodado en la época de la corrección política. La idea de convertir en mujer a la protagonista central prometía. El problema es que su «viaje del héroe» no tiene mérito y aburre hasta a las vacas del picnic de Anakin y Amidala en El ataque de los clones. Desde el principio, Rey lo hace todo bien y domina la Fuerza sin entrenamiento. A Luke lo traumatizaron y mutilaron pero a una mujer no se le puede hacer daño y tiene que salir airosa en todo momento, con lo que la tensión dramática se va a tomar por saco.

La última película de la trilogía es un desastre, como reflejó la recaudación (ganó un dineral pero fue la menos taquillera a pesar de la gigantesca campaña de marketing). En honor a la verdad, no solo por culpa del feminismo sino por un demencial guion impropio de la saga.

El detalle opresor

La nueva trilogía es un despropósito de corrección política: desde las cuotas raciales con actores negros y orientales hasta la presencia de nuevas masculinidades y personajes femeninos que no pegan ni con cola como la vilipendiada Rose Tico. En España, la Junta de Calificación de Películas —un organismo del Ministerio de Cultura de lo más opaco que algún periodista haría bien en investigar— le dio la calificación de «recomendada para el fomento de la Igualdad de Género», la prueba definitiva de que Rey no debería apellidarse ni Palpatine ni Skywalker, sino Dolera.

El despertar de la Fuerza, Los últimos Jedi, El ascenso de Skywalker (2015-2019 ). Clasificación en la escala feminazi: 6/10


No se pierda la secuela de este artículo, próximamente en los mejores blogs: Joyas del cine feminazi 2: Mira quién oprime ahora.

14 comentarios

  1. Es que en nombre del feminismo se han hecho unos bodrios que no los soportan ni ellas. Estoy deseando leer la segunda parte, señor Kaplan.

    1. ¡Es usted una lectora rapidísima, Merce! Rauda como un rayo ha acudido al blog actualizado. Efectivamente, en nombre del feminismo se están cometiendo muchas tropelías y se están haciendo muy malas películas.

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